Desde la antigüedad, el hombre ha intentado cobijarse del frio a través de los medios de los que disponía en el momento. A medida que pasaba el tiempo se han ido perfeccionando nuevas técnicas que hoy en día son ya muy sofisticadas. Sin embargo, el sistema de calefacción por excelencia, el suelo radiante se basa en las antiguas técnicas de hipocausto romano y gloria castellana y hoy en día es el sistema más efectivo que existe por los ahorros económicos que conlleva.
Estas características son en definitiva, junto con la de ser eficaz, eficiente y barato, las más buscadas por los usuarios que deciden instalarlo en sus casas, en centros comerciales, oficinas o edificios completos. Su funcionamiento es sencillo pero es importante contar con instaladores experimentados en los últimos avances en esta técnica. Porque a pesar de los años que lleva realizándose, actualmente se están consiguiendo materiales cada vez más eficaces para que el resultado sea óptimo.
Se funcionamiento se basa en una caldera que puede trabajar con cualquier tipo de energía renovable para conservar el medio ambiente: eléctrica, energía solar y térmica, calderas de baja temperatura, aerotermia o geotermia. Esta caldera es la que calienta el agua a bajas temperaturas, entre los 35 y 45 grados, que comparativamente con los sistemas tradicionales de calefacción a 70 y 80 grados, es la mitad y es baja por tanto.
De ella sale el agua que se hace circular por los tubos que recorren la superficie bajo el pavimento. No hay diferenciación del tipo de suelo, todos son aptos para instalar este sistema. Los tubos, cada vez más adaptados actualmente para el trabajo que van a realizar, están insertados a su vez en un material aislante y con anticondensación, que se disponen en forma de espiral o serpentín. Hay que decir que esta calefacción puede regularse individualmente, es decir, que cada habitación dispondrá de regulación o se podrá anular desde un panel por el usuario.
La inversión que supone la instalación de suelo radiante puede parecer elevada. Y es que el personal o la mano de obra contratada tiene que realizar un trabajo largo y laborioso y comprar materiales de calidad para asegurar el buen funcionamiento de la instalación. Sin embargo, merece la pena realizar este gran desembolso económico, ya que se recupera de forma más rápida en comparación con los sistemas tradicionales, cuya instalación es más económica, pero conlleva elevadas facturas mes a mes.
Es poco frecuente encontrar a gente con conocimientos sobre este tema , pero creo que sabes de lo que estás comentando. Gracias compartir un tema como este.